En 50 años
En 50 años
nos encontraremos
más extraños y ajenos.
En algún lugar
de la inmensa ciudad.
Me casé veinte veces
dirás.
Me divorcié
más de dos
aseveraré.
Escudriñaremos entre
dientes y arrugas.
Invocando al fantasma
de las caricias invisibles
y las huellas dactilares rasposas.
Buscando caricias
como buscando
ofertas en el bazar de antigüedades.
Borrando la piel fresca
de los jóvenes
(entonces) amantes.
Con los pasos pesados
y el corazón quemado
nos despediremos
de la desesperanza
y de la vida misma.
No sin antes
tatuar en nuestras corneas:
no existe peor lamentación
que anhelar
aquello que pudo ser.
nos encontraremos
más extraños y ajenos.
En algún lugar
de la inmensa ciudad.
Me casé veinte veces
dirás.
Me divorcié
más de dos
aseveraré.
Escudriñaremos entre
dientes y arrugas.
Invocando al fantasma
de las caricias invisibles
y las huellas dactilares rasposas.
Buscando caricias
como buscando
ofertas en el bazar de antigüedades.
Borrando la piel fresca
de los jóvenes
(entonces) amantes.
Con los pasos pesados
y el corazón quemado
nos despediremos
de la desesperanza
y de la vida misma.
No sin antes
tatuar en nuestras corneas:
no existe peor lamentación
que anhelar
aquello que pudo ser.
Comentarios
Publicar un comentario