La edad del experimento
Mis poetas favoritos
tenían la edad aproximada
de los setenta y ochenta años
Quizá eso
sea una señal
(muy clara)
de que la poesía
nace con los años
la espera
los temblores
y las arrugas
Dos personas
viviendo en sus correspondientes países
se sientan a ver nacer
las palabras de la tierra
del aire
o que sé yo
de la guerra
y les preguntan
con una paciencia obscena
¿Qué se siente llamarse sal, mujer, fin?
¿Porqué se llama usted , reposo, fuego, principio?
¿Quién les dijo a las palabras su designio?
Las palabras en su invisible fluir
suben a la mano
de él/ la poeta
y se dejan examinar
bajo una lupa
siempre interrogante
siempre sorprendida
Las palabras crean problemas
dan forma a los sueños
los sentimientos
los enigmas
los acertijos
en sí
enredan más al mundo
explican menos
de lo que se piensa
Los poetas lo sienten
lo suponen
pero entre sospecha y sospecha
entre la prueba y el error
de su laboratorio inexistente
Han decidido crear poemas
(aunque no sea posible definirlos)
con lo desconocido de una y todas las letras
con el fantasma de las palabras
con lo que no se dice
con espacios y calma
Mi terrible sospecha
es la de llegar
a sus setenta y ochenta años
sin haber realizado
el minucioso y correcto examen
de lo que
quiere decir
cualquier palabra
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