Daniela

Ella que se ahoga en su tristeza nos ahoga, nos hunde, nos entierra Juega a no estar a desaparecer para volver a gritarle al tiempo, al espacio a lo suyo, a lo nuestro, a lo de nadie Es un vendaval una furia una tormenta incontrolable en un pequeño vaso de agua No sé si sepa ser feliz y eso me aterra porque entonces desea con vehemencia nuestra infelicidad Nuestra infelicidad nuestras muertes nuestra eterna soledad Tiene una herida abierta en medio del pecho imposible de curar Ve neblinas en el rostro del sol y lágrimas en la comisura de la boca vació en la manos y dolor en las palabras Las palabras que no sabe que no comprende porque ha olvidado hasta su mismo nombre Pequeña niña ciega ahogada en negro ¿podré acercarme lo suficiente a ti? ¿podré borrar tus mañanas? ¿tus muertes imaginarias? ¿tus dolores fantasma?